Gálata moribundo,
copia romana de un original griego atribuido a Epígonos, siglo I d. C. Musei
Capitolini, Roma.
El mármol romano reproduce un original de bronce del siglo
III a. C. atribuido a Epíponos. La estatua debía de formar parte del grupo
colocado por Atalo I en la azotea del templo de Atenea de la acrópolis de
Pérgamo. Muy visible ya desde lejos, en el centro estaba el gálata suicida y su
mujer (también reproducida en época romana) y alrededor varias figuras de
caídos. En el gálata moribundo el escultor capta el preciso momento en que el
guerrero cae en la postración que precede a la muerte: todo su peso se apoya en
el brazo derecho, y la energía y la fuerza del joven, todavía presentes, están
a punto de abandonarlo. Figura orgullosa y digna, expresa respeto hacia el
heroísmo de los vencidos. Respeto por el rival, cuya valentía aquí se exalta.
Señales de la pelea. La espada desenvainada y un instrumento roto, el
guerrero está recostado sobre un escudo.
El rostro muestra los rasgos físicos de su pueblo con los
cabellos en mechones, el bigote y el torque en el cuello.
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