Analizan expertos la creación artística

15.2.12

Cristo yacente

Cristo yacente, Gregorio Fernández (1614) Talla en madera policromada (190cm de largo x73 de hombro a hombro x 43 cm). Del Convento de San Felipe Neri en Madrid, hoy en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid.

Principal exponente de la Escuela Vallisoletana, esculpe sus obras con un realismo violento, dotando a los cuerpos de notable perfección anatómica, matizando la dureza de los huesos, la tensión muscular, la blandura de la carne o la suavidad de la piel.  
Responde a un nuevo tipo dentro de la imaginería, por vez primera, Cristo aparece sin relación con la cruz, sus verdugos, su madre u otros personajes. Modelo que repetirá en numerosas ocasiones.  Cristo desnudo, cubierto con el paño de pureza.
El modelado del cuerpo es muestra gran refinamiento y con la policromía logra acentuar  el patetismo de la escena: la sangre de las heridas, las rodillas ensangrentadas, los pies morados. El drapeado de del paño de pureza y la sábana resulta algo duro. 
Está pensada para ser contemplada lateralmente ya que la cabeza está ligeramente ladeada, la la pierna izquierda se monta sobre la derecha y la el tórax está sobre una almohada. Estas imágenes solían estar pensadas para ser colocadas en el banco del retablo y delante del altar mayor el día de Viernes Santo, sirviendo de referencia sensorial en los sermones. 
El objetivo es mover a la piedad de los fieles y plasma perfectamente el ideal contrarreformista.

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