Principal exponente de la Escuela Vallisoletana, esculpe sus obras con un realismo violento, dotando a los cuerpos de notable perfección anatómica, matizando la dureza de los huesos, la tensión muscular, la blandura de la carne o la suavidad de la piel.
Responde a un nuevo tipo dentro de la imaginería, por vez primera, Cristo aparece sin relación con la cruz, sus verdugos, su madre u otros personajes. Modelo que repetirá en numerosas ocasiones. Cristo desnudo, cubierto con el paño de pureza.
El modelado del cuerpo es muestra gran refinamiento y con la policromía logra acentuar el patetismo de la escena: la sangre de las heridas, las rodillas ensangrentadas, los pies morados. El drapeado de del paño de pureza y la sábana resulta algo duro.
Está pensada para ser contemplada lateralmente ya que la cabeza está ligeramente ladeada, la la pierna izquierda se monta sobre la derecha y la el tórax está sobre una almohada. Estas imágenes solían estar pensadas para ser colocadas en el banco del retablo y delante del altar mayor el día de Viernes Santo, sirviendo de referencia sensorial en los sermones.
El objetivo es mover a la piedad de los fieles y plasma perfectamente el ideal contrarreformista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario