Exterior de Santa Mª del Naranco. Arte Asturiano Ramirense, siglo IX, cerca de Oviedo. |
Este edificio, palacio de recreo y descanso, fue construido en tiempos del rey asturiano Ramiro I, en el 842. Formaba parte de un complejo más amplio que incluía la cercana iglesia de san Miguel de Lillo. Ambos edificios están en las faldas del monte Naranco, en Oviedo, capital del reino astur en aquella época.
El edifico está levantado sobre un pequeño zócalo (podio o basamento). Consta de dos pisos y rematado por tejado a doble agua. El conjunto así formado da la sensación de una gran verticalidad. Es de forma rectangular y tiene una escalera lateral de dos tiros por la que se accede al piso de arriba.
Al exterior presenta contrafuertes que se corresponden en su interior con arcos fajones que refuerzan la bóveda de cañón. Además de reforzar el muro, estos contrafuertes modulan los lados exteriores del edificio.
Mención especial merecen las dos fachadas laterales. En ambas, totalmente simétricas excepto en la planta inferior, toman mayor importancia las tres zonas horizontales, cada una con una estructura diferente pero formando parte de un diseño común de gran belleza. Tiene dos miradores formados con tres arcos de medio punto peraltados; el central es un poco mayor. Encima de cada mirador, y repitiendo el esquema de arcos de la parte inferior, se encuentran otros tres arcos que dan a una cámara sin acceso, de la que no se sabe la utilidad.
Interior |
El material de construcción es el sillarejo, excepto en las partes más importantes del edificio (esquinas, por ejemplo) en que se emplea el sillar; y en ocasiones, la mampostería.
La decoracion escultórica corre a cargo de unas bandas de las que cuelgan clípeos o medallones circulares, de los capiteles y de los fustes sogueados de las columnas. Los capiteles se inspiran en el corintio, y se llaman de lengüeta.
La importancia de este edificio se debe a que se ensayan soluciones que darán su fruto algún tiempo después, durante el románico.
El piso superior de santa María del Naranco es una amplia sala de 20 mts. de larga cubierta con bóveda de cañón de piedra toba, más ligera que la de caliza o granito. Está atada esta bóveda con arcos fajones de piedra de sillería, que además de soportar, articulan el espacio tan amplio de la cubierta.
En las paredes hay arcos formeros que cabalgan sobre columnas de fuste sogueado.
De algunos arcos fajones cuelgan unas bandas decorativas que terminan en un clípeo, elemento característico de esta construcción.
La importancia de esta obra viene dada por el hecho de que aquí se ensayan fórmulas para cubrir espacios amplios que fructificarán en el románico, dos siglos después.
En observatorio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario