Analizan expertos la creación artística

17.11.11

Técnica pictórica: el temple al huevo

Se conoce que los primeros temples eran de miel de abeja, realizados por los egipcios, pero la forma actual de temple que ha llegado hasta nuestro tiempo, viene de los talleres medievales; donde se desarrolló hasta lograr su perfección técnica.
  • Primero se cubría la tabla de madera; usualmente de arce o cedro, con una mezcla de aserrín y yeso.
  • Se colocaba un lienzo, generalmente de lino sobre la tabla previamente encolada
  • Se realizaba una imprimatura de gesso; la cual consistía en 9 capas dispuestas transversalmente cada una sobre la otra.
  • Se procedía a lijar con lija de agua la superficie hasta lograr la uniformidad y se limpiaba con un trapo humedecido.
  • Se realizaba el dibujo, generalmente con tinta negra.
  • Se disponía una capa de betún de judea sobre la superficie del entorno de la figura comocola para el pan de oro, el cual se colocaba con brocha de pelo suave por cuadrantes.
  • Se bruñía el oro generalmente con un zafiro o amatista y se realizaba el trabajo de decorado del mismo con cincel y martillo.
La pintura comenzaba con una monocromía de verdaccio muy sutil, el pigmento del verdaccio era terra verde con blanco de titanio. Se colocaba los tonos rojos sobre la piel directamente con rojo de cadmio, en lo que el artista medieval llamaba "poner la manzana sobre la mejilla". Neutralizando poco a poco los tonos verdes se disponían cuidadosamente las veladuras necesarias para dar los tonos correctos en el cuadro hasta concluir la obra. En algunos casos se pintaba sobre el oro para después rasgar la pintura formando bellos motivos florales que indujeran al espectador a la visión de la realeza con el pan de oro sobre los vestidos.

La técnica antigua para hacer colores al temple consistía en tomar una porción de pigmento y mezclarlo con agua sobre una supreficie plana para crear una pasta, esta pasta era dispuesta en un godette de cerámica donde se le agregaban dos toques de yema de huevo con la espátula, al mezclarlo firmemente se tenía listo para usar el color necesario. La yema del huevo era pinchada y exprimida con la mano para evitar que la membrana de la yema hiziera grumos en la pintura, debido a su origen orgánico la pintura que se iba a usar en esa sesión debía ser exactamente la necesaria, para no perder material.

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