Analizan expertos la creación artística

26.2.12

Homenaje a Velázquez de Ramón Gaya


"Hemos dicho que no se trata aquí de un gusto personal; extremando las cosas podría decir que la obra velazqueña casi no me gusta. El cuadro de Las Meninas o el paisaje azul de la Villa Médicis los considero la verdad, la verdad completa, es decir, son para mí mucho más que el propio gusto, ya que no se me oculta que mi gusto, nuestro gusto, puede muy bien ser una mentira. Pero tan lejos como está Velázquez de ser mi gusto, lo está también de ser una conclusión intelectuosa. No es mi gusto ni mi pensamiento, sino mi creencia.
"IXº Homenaje a Velázquez", Ramón Gaya, gouache sobre papel, (1942) Col. particular.
Por cierto que no siempre tuve esa fe. Nuestras creencias son, sin duda, innatas y fatales, pero tardan en revelarse, ya que, más que vivir, solemos pasar como por encima de nuestra vida; aunque también es posible que vivir no sea más que eso, que un constante renunciar, precisamente, a nosotros. De mis primeros años de preocupación  y vocación por la pintura, sólo guarda mi memoria una triste antipatía por Velázquez, frialdad, respetuoso despego. Acaso influyó mucho en ese desvío la voz paterna. Niño aún, oí decir a mi padre que el arte supremo no era sino aquel que lograba emocionar nuestros corazones. Ante una reproducción de Las hilanderas no conseguí escuchar en mí mismo palpitación alguna; en cambio, ante el carácter y el misterio visible de Goya, ante la picardía de Las majas o la desgarradura de Los fusilamientos se me entrecortaba la respiración. Más tarde, ya un adolescente, con la ayuda de algo que leí por entonces, supuse que el arte no era expresividad, sino belleza. Y no, no es esto tampoco. Ignoraba, pues, la existencia fría, fija, pura, del alma, del alma sola, del alma que es el arte, del alma de donde brota el arte, y adonde vuelve, después de una sucia materialización, de un desdichado paso por la tierra, como a su pozo único. Ya nunca más ha de salir de esa especie de encierro propio; y no espera ni gloria, ni amor, ni justicia. De tan inhumana que es, vive al margen también de lo divino."
"Homenaje a Velázquez", Ramón Gaya México (1945)
"De las Meninas", Ramón Gaya , óleo sobre lienzo (1981), Col. particular

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