Analizan expertos la creación artística

5.6.12

Catedral de León


Planta

La planta de la catedral de León es basilical en forma de cruz latina. Tiene tres naves de cinco tramos separadas por pilares compuestos, aunque por la disposición de la cabecera, parece que deberían ser cinco las naves a realizar. Posee un amplio transepto amplio, también de tres naves, de cinco tramos con un gran crucero en el centro.
La amplia separación de los tramos hace que esta catedral tenga amplios ventanales con grandes vidrieras, con lo que consigue una iluminación interior no superada por ninguna otra construcción gótica.
A la girola, que rodea al ábside principal, se abren cinco capillas poligonales en disposición radial. Es un tipo de cabecera llamada macrocéfala, por lo importancia que se da a esta zona de la construcción. Dos capillas rectangulares cierran la girola.
La cubrición se realiza con bóvedas de crucería. El ábside presenta la cubrición clásica del gótico: a partir de una piedra clave, salen nervios de forma radial. Las bóvedas están levantadas sobre pilares compuestos.
A los pies de la iglesia están las dos torres. Presentan la peculiaridad de que no se levantan sobre el último tramo de la nave, sino que están separadas de las naves laterales.
Es un tipo de planta que imita a la de la catedral de Reims. En este sentido, es la más francesa de las demás catedrales españolas del siglo XIII (Burgos, Toledo).
Fachada de los pies o del oeste.
La organización original de la portada oeste de la catedral de León está, en parte, algo modificada por las reformas que esta construcción ha tenido a lo largo de los siglos. Cuenta con un rosetón y cuatro ventanas enmarcadas por ojiva que hacen las veces de arco de descarga. Es una originalidad, que no se ve en las catedrales francesas de Reims y Amiens con las que se relaciona, la forma de colocar las torres de la fachada, pues no se levantan sobre los últimos tramos de las dos naves laterales, como es lo más tradicional, sino que son independientes. Las plantas bajas de las torres se abren como capillas en el interior del templo. En la parte inferior presenta la triple arcada con un pórtico que protege las esculturas de cada pórtico. La portada central tiene en el mainel (parteluz) la figura de la Virgen Blanca. Y en el tímpano, presidido por la figura de Cristo, el programa iconográfico está dedicado al juicio final. Es, tal vez, la catedral española que tiene mayores problemas en la actualidad. La catedral fue levantada sobre unos baños romanos lo que dificultó la buena cimentación de los pilares; esto ha originado fallos de sustentación que duran hasta nuestros días. Pero el mayor problema que presenta esta catedral es el llamado "mal de piedra" que corroe sillares, gárgolas, arbotantes, etc.
Interior
La catedral de León, la Pulchra leonina, es un ejemplo muy representativo de la introducción del gótico francés en España. Es la más francesa de las catedrales españolas. Consigue con gran maestría las dos características propias de la arquitectura gótica: la búsqueda del sentido ascensional y la abundancia de luz en el interior del templo.
En la imagen se ve parte del crucero y la nave central. Se aprecia que el "esquema tripartito" en alzado de esta catedral es el clásico dentro del gótico. Está formado por: arcada, triforio y claristorio.
Como elementos sustentantes encontramos una arquería con arcos formeros ojivales que descansan en pilares compuestos formados por múltiples baquetones (columnillas finas) que sirve para separar la nave central de la lateral. El triforio o pequeño pasillo que rodea todo el edificio. Encima están los grandes vanos con vidrieras (claristorio).
La parte superior, la parte sustentada, está formada por bóvedas de nervios o de crucería cuatripartitas.
Hay una perfecta correlación entre las fuerzas sustentantes y las sustentadas, lo que permite al espectador apreciar la verticalidad del edificio, al prolongar, sin solución de continuidad, los baquetones con los nervios de las bóvedas. De esta manera se logra la sensación de verticalidad, aunque la altura efectiva no sea demasiada.
La creación de un espacio diáfano se consiguió al eliminar el muro bajo las bóvedas. Esta desmaterialización de los muros es una de las características más celebrada de esta catedral. El cierre de esos vanos con magníficas vidrieras consiguió crear un espacio interior acorde con las búsquedas espirituales del gótico. El muro de piedra ha dejado de ser opaco y oscuro como en el románico y se ha convertido en un muro traslúcido. La luz crea un espacio simbólico, coloreado y cambiante, con connotaciones de profundo carácter religioso, que se diferencia claramente de la iluminación del exterior. Este conjunto de vidrieras está a la altura de las vidrieras de las que poseen las catedrales de Amiens, Chartres o Reims.
La catedral, sede del obispo de la ciudad, cobra en estos momentos una dimensión extraordinaria. Las ciudades han resurgido con gran importancia en el terreno político. Por eso comenzarán a construirse catedrales en las ciudades a finales del XII y comienzos del XIII, como la mejor ofrenda que pueden hacer a Dios.
El nuevo modo de construir en Francia debió influir, durante el reinado de Fernando III el santo, en dos figuras importantes dentro de la historia de España: el obispo de Burgos, Don Mauricio, y el obispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada, que promovieron la construcción de catedrales dentro de este estilo en sus sedes episcopales. La catedral de León fue levantada por Martín Fernández, su obispo, un poco más tarde que aquellas.
La obra ha tenido muchos problemas estructurales y de material que se manifiestan ya a partir del siglo XV. En las últimas décadas del siglo XX se ha trabajado en el refuerzo de las estructuras y en el tratamiento y limpieza de la piedra (tiene el llamado mal de piedra) con las más novedosas técnicas, en un esfuerzo por conservar para la Humanidad esta maravilla arquitectónica. Al mismo tiempo se está llevando a cabo la restauración y consolidación de las vidrieras, usando las más modernas técnicas.

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