Analizan expertos la creación artística

6.6.12

Epidauro


Teatro de Epidauro,  Polícleto, el Joven, siglo IV a. C. Griego clásico.

Cuando surgió el teatro, a finales del V a. C., el término hacía alusión a una sola de las partes que lo componían, al hemiciclo o graderío desde el que se presenciaba la obra. El diazoma o pasillo ancho dividía en dos cuerpos el auditorio excavado en semicírculo en el flanco de una colina.
La orchestra, el elemento original del teatro griego, solía tener en el centro el altar del dios Dionisos. Era de forma circular y en ese lugar el coro actuaba, danzaba, tocaba instrumentos y cantaba.
Detrás de la orchestra se encontraba la escena, una construcción que servía a la vez de decorado, de bastidor y de camerino para los actores; tenía dos alas laterales, y estaba precedida de un proscenio, una especie de pórtico donde al parecer actuaban los actores.
Entre la escena y los muros de construcción de la orchestra había, a cada lado, un pasillo por donde entraba el coro y otro por donde salía.
Se sabe que los antiguos teatros griegos podían disponer de complejos recursos escénicos, algunos muy utilizados en las obras de los grandes trágicos, como la grúa, para hacer aparecer o desaparecer a los personajes, una plataforma giratoria para cambiar cualquier tipo de decorado, un púlpito, donde se subían los personajes relacionados con el cielo y las escaleras subterráneas, por las que salían los personajes que representaban a los dioses o héroes que procedían del Hades.
El actor griego (hipocrités) solía llevar como vestimenta: la peluca; la máscara (elemento incorporado a las representaciones desde el mundo de la fiesta dionisíacas); una túnica negra, para personajes tristes; colores vivos, para personajes importantes, y colores corrientes, para personajes del pueblo; y sólo en la Tragedia los actores calzaban unos coturnos o especie de zuecos altos, que simbolizaban la superioridad de los personajes (héroes y dioses) que aparecían en el escenario.
Las obras de este teatro de Epidauro, concebido por el arquitecto y escultor Policleto el Joven, comenzaron hacia el 330 a.C. A principios del siglo IV a. C. había en Epidauro una fiesta panhelénica cada cuatro años en el santuario de Asclepio, en la que se combinaban pruebas gimnásticas y musicales. De todos los teatros antiguos, el teatro de Epidauro es el mejor conservado y está poco restaurado. Podía disponer de unas 14.000 localidades, lo que le hace uno de los mayores teatros de la antigüedad, que están colocadas sobre la ladera de una colina. La acústica, a pesar del tamaño, era muy buena, pues permite la audición de en las gradas más altas. Hasta principios del siglo XIX, el teatro se consideraba desparecido. Aquí, en este mítico lugar, fue proclamada la independencia griega en el 1822.

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