Analizan expertos la creación artística

1.6.12

Mezquita de Córdoba

Sala de oración de la mezquita de Córdoba. Hispanomusulmán califal.  siglos VIII-X.


En el año 780, siendo Abd-al-Rahmán I emir, es decir, gobernante de al-Ándalus, comienza la construcción de la mezquita de esta ciudad árabe. Se levanta sobre la primitiva basílica cristiana visigoda de San Vicente, de mediados del siglo VI. La mezquita continuará con diversas ampliaciones hasta la época de Almanzor, a finales del X. Para rezar, los fieles se colocan ordenados en filas paralelas a la quibla, muro orientado hacia La Meca. Esto origina que las naves sean longitudinales y numerosas; así es como se crea un auténtico bosque de columnas en el haram o sala de oración. El elemento sustentante está formado por una columna completa, con su basa, fuste y capitel con cimacio, sobre la que se levanta un pilar cuadrado. Para hacer más suave la transición de la sección circular de la columna a la cuadrada del pilar se coloca en la parte inferior del pilar un modillón de rollos. En la parte superior va un arco de medio punto sobre el que se levanta un murete que sostiene la cubierta. Amarrando tan delicado elemento de sostén, demasiado alto para tener estabilidad (llega a una altura de 9 metros) hay arcos de herradura entre los pilares con función de entibo. El arco que se emplea es ya el de herradura, con dos tercios de peralte del radio. Este sistema constructivo, así como la alternancia cromática de los arcos, parece ser que está inspirado en el acueducto romano de los Milagros de Mérida, que conocieron los árabes en sus correrías por las partes más importantes del reino visigodo. En la parte inicial de la mezquita se conservan fustes de columnas y capiteles reaprovechados de obras romanas y visigodas.La cubrición, por la parte interior es un alfarje de madera, y por el exterior tiene una cubierta a doble vertiente.
Portada del mihrab ,califal  Siglo X
Hacia el 956, el califa al-Hakam II manda ampliar la mezquita de Córdoba en dirección al río Guadalquivir, lo que obliga a trasladar el mirab y hacerlo de nuevo. Será el definitivo, pues en la ampliación posterior de Almazor ya no se mueve de sitio. Este lugar, pequeña habitación hacia la que miran los fieles en la oración, está dentro del muro de cierre de la mezquita (qibla). Presenta una decoración exuberante, exponente del momento de esplendor que vive en este momento el califato de Córdoba. El arco es de herradura de tipo califal con dos centros; está recuadrado por el alfiz. Descansa sobre el muro y sobre dos columnas con basa y capitel. Estos capiteles provienen del mirab de Abd-al-Ramán II, del siglo IX. Las dovelas están decoradas con mosaicos realizados por artistas bizantinos emviados por Nicéforo Focas, emperador de Bizancio. En las enjutas presenta decoración de ataurique. Una banda con escritura árabe cúfica con citas del Corán rodea el alfiz. Este tipo de mihrab es único en su tipología, pues no se da en ninguna otra mezquita de la arquitectura musulmana de los primeros siglos.
Cúpula de la macsuraSiglo X
Esta cúpula de la mezquita de Córdoba y la fachada del mihrab tienen doscientos metros cuadrados de mosaicos. La cúpula precede al mihrab, así como a las dos portadas adyacentes que dan paso al tesoro y al sabat y que datan de los años 965 y 971. Nada similar se ha conservado en España. Al-Hakam quiso emular las grandes obras que realizaron sus predecesores en las mezquitas de Damasco y Jerusalén, con mosaicos bizantinos muy parecidos a los que hoy vemos en Córdoba. Las teselas son de forma cuadrangular y apenas superan un centímetro en cada uno de sus lados. Están realizadas en pasta de vidrio, en caliza, en cerámica e incluso en mármol, y se han llegado a identificar diecinueve colores, entre los que destaca el oro, el rojo, el verde y el azul. Representan motivos vegetales, epigráficos y geométricos. Las fuentes nos han permitido conocer que el propio al-Hakam pidió ayuda al emperador de Bizancio para poder realizar esta maravillosa obra. El cronista Ibn ‘Idari nos dice: "En el año 965 se terminó la cúpula que dominaba el mihrab, trabajo que formaba parte de la ampliación de la mezquita. Fue en el mes de junio. Es este mismo año se llevó a cabo la instalación del mosaico que había enviado el rey de Bizancio. Al-Hakam le había escrito pidiéndole que le mandase un artesano, en imitación de los que había hecho el califa al-Walid ibn ‘Abd al-Malik en la construcción de la Mezquita de Damasco. Volvió la misión diplomática de al-Hakam con el artesano y con trescientos veinte quintales de teselas de mosaico que enviaba el rey de Bizancio como regalo. El califa ordenó albergar y tratar con toda generosidad al artesano, nombrando a un grupo de esclavos para que aprendiesen el oficio con él; se pusieron manos a la obra y pronto aprendieron e incluso superaron al maestro bizantino, de manera que éste volvió a su patria colmado de regalos por el califa, y los esclavos siguieron solos, demostrando que eran los más hábiles artesanos de la tierra."
Arquitectónicamente es un nuevo tipo de cúpula, llamada califal, compuesta por ocho nervios estructurales que se entrecruzan, pero no en el centro, dibujando un polígono estrellado. Va montada sobre trompas.

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