Analizan expertos la creación artística

8.6.12

Santa Mª de las Flores


Santa Mª de las Flores, Florencia. Cúpula de Brunelleschi (1420-36). Renacimiento.

Santa María de las Flores, catedral de Florencia, es una construcción gótica del siglo XIV en la que había trabajado Alnolfo di Cambio. Giotto continuó la obra y diseñó el campanile separado de la iglesia, como es tradicional en Italia.
A comienzos del siglo XV, ya con el Renacimiento en vigor, se hace un concurso para terminar la cubrición del ábside, algo realmente difícil por la enorme dimensión del proyecto (42 metros de diámetro). Participan en el concurso Brunelleschi y Ghiberti. El primero gana el concurso y realiza la obra.
La cúpula va montada sobre un tambor octogonal en el que se abren unos óculos que iluminan el interior. El tambor sirve para dar prestancia a la cúpula. Pero este tambor condicionaba la nueva cubrición al darle un carácter gótico que Brunelleschi va a cambiar al dotar a la cúpula de un significado nuevo, inspirado en la antigüedad, lo que la convierte en la primera cúpula renacentista.
La novedad técnica radica en hacer una doble cúpula, una interior y otra exterior con un espacio vacío entre ellas. La idea de dos cúpulas permite, con este espacio libre en medio, acceder a la parte alta de la construcción y al trasdós de la cúpula interior. De esta forma una se apoya a la otra y no se precisan andamiajes complicados. Esto causó la admiración entre los contemporáneos, acostumbrados como estaban a que todo un castillete de madera soportara las cimbras de la cúpula en el proceso de construcción. Pero aquí no se podían utilizar unas cimbras tan grandes.
La novedad técnica, una vez desechadas las cimbras, era que se autosostuvieran las cúpulas durante su construcción: la cúpula se iba cerrando a medida que iba subiendo.
Se inspiró en la doble cúpula del Panteón de Roma, aunque no siguió el modelo, pues esta es semiesférica. También conocía la técnica constructiva de las cúpulas bizantinas de Ravena con sus nervaduras, materiales ligeros y con la distribución de cargas.
La cúpula exterior está algo apuntada, lo que de la una mayor ligereza; está atada con unos nervios que, además de sujetar la cúpula, divide los tramos del tejado haciéndolo más armónico. Está toda ella cubierta con tejas de color rojo.
La obra se remata con una linterna de mármol blanco, diseñada por Brunelleschi, pero realizada bastantes años después de su muerte.
Hay una parte del tambor que quedó sin terminar y así continúa.
Las innovaciones técnicas y estéticas hacen de esta obra un modelo que será después imitado por otros autores, entre ellos Miguel Ángel en la cúpula que realiza en san Pedro del Vaticano. El propio Brunelleschi tuvo que ideas máquinas elevadoras y gruás para levantar las piedras.
Esta cúpula superaba en altura a los demás edificios y destacaba del resto de las edificaciones de la ciudad de Florencia. Era el símbolo del orgullo de la ciudad-estado más prestigosa del siglo XV en Italia. El poder económico de la nueva Florencia de los Médicis se manifestaba a través de la arquitectura.

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