Analizan expertos la creación artística

22.4.12

Textos sobre el Fauvismo


En el arte, las teorías prestan la misma utilidad que las recetas en medicina: para creer en ellas es preciso estar enfermo. El saber mata el instinto. Uno no hace pintura hace su pintura. Me esfuerzo por volver a los instintos que dormitan en lo profundo del subconsciente, de los que fuimos despojados por la vida superficial, por las convenciones. Sigo considerando las cosas con ojos de niño […] apliqué los colores con la única idea que para mí todo lo disculpa: decir lo que sentía. […]. Sin prescribir ningún método, yo no traducía una verdad artística, sino una verdad humana.”
 Vlaminck, M., Tournant dangereux souvenirs de ma vie, París, 1929

"Lo que en la sociedad sólo podría haber hecho arrojando una bomba he intentado hacerlo en la pintura utilizando colores puros, tal y como salen del tubo. De esta forma, he satisfecho mi voluntad de destruir, de desobedecer, para recrear un mundo sensible, vivo y liberado".
Vlaminck

El pintor no necesita preocuparse por detalles insignificantes, pues para eso está la fotografía que lo hace mucho mejor y más rápido. Ya no es misión de la pintura el representar acontecimientos históricos, éstos se encuentran en los libros. Nosotros tenemos una opinión más alta de la pintura; ella le sirve al artista para expresas sus visiones interiores. Ver ya es en si mismo un acto creador que requiere un gran esfuerzo. Todo lo que vemos en nuestra vida cotidiana resulta más o menos deformado por nuestras costumbre adquiridas.”
Matisse

Lo propio del artista es crear: donde no hay creación no hay arte. Pero sería engañoso atribuir a un don innato. En materia de arte, el creador no es sólo un ser dotado, es un hombre que ha sabido ordenar con vistas a su fin todo un manojo de actividades de las que resulta la obra de arte…


Crear es expresar lo que se tiene en sí. Todo esfuerzo auténtico de creación es interior, y además es preciso nutrir su propio sentimiento, lo cual se hace con la ayuda de los elementos que se sacan del mundo exterior. Aquí interviene ya el trabajo por el cual el artista incorpora, asimila gradualmente el mundo exterior hasta que el objeto que el dibuja llegue a ser como una parte de sí mismo: hasta que lo tenga en sí y pueda proyectarlo sobre la tela como su propia creación.”
Matisse

"...La tendencia dominante del color debe ser la de servir de la mejor manera posible a la expresión. Coloco mis colores sin cálculo previo. Si desde el primer momento, y casi sin que yo tenga conciencia de ello, un tono me ha seducido o detenido, me apercibiré en seguida, una vez haya terminado el cuadro, de que he respetado este tono, mientras que progresivamente he modificado y transformado los otros.


El lado expresivo de los colores se me impone de una manera instintiva (...). La elección de mis colores no se basa sobre ninguna teoría científica, sino en la observación, sobre el sentimiento, sobre la experiencia de mi sensibilidad. Inspirándose en ciertas páginas de Delacroix, un artista como Signac se preocupa de los complementarios, y su conocimiento teórico le llevará a emplear aquí o allá tal o cual tono. Yo intento simplemente colocar los colores que proporcionen mi sensación. Hay una proporción necesaria de tonos que pueden conducirme a modificar la forma de una figura o a transformar mi composición (...). Lo que sueño, es un arte de equilibrio, de pureza, de tranquilidad, sin asunto inquietante o preocupante, que sea para todo trabajador o intelectual, sea hombre de negocios o de letras, un lenitivo, un calmante cerebral, algo análogo a un buen sillón en que descanse de sus fatigas físicas."
Henri Matisse: La Grande Revue, 25 de diciembre de 1908. (Citado por Jean Cassou; 
Panorama de las artes plásticas contemporáneas. Guadarrama. Madrid, 1961, pág. 157-158)

"Lo que más me interesa no es la naturaleza muerta ni el paisaje: es la figura humana. Sólo ella me permite expresar bien el sentimiento, por así llamarlo, religioso que tengo de la vida. No me entretengo en detallar todos los pormenores de un rostro ni en pintarlos uno a uno en toda su exactitud anatómica (...) Una obra debe llevar en sí misma todo su significado e imponerlo al observador antes de que éste conozca el tema."

"Sueño con un arte equilibrado, puro, apacible, cuyo tema no sea inquietante ni turbador, que llegue a todo trabajador intelectual, tanto al hombre de negocios como al artista, que sirva como lenitivo, como calmante cerebral, algo semejante a un buen sillón que le descanse de sus fatigas físicas."

"(...) El artista debe ver todas las cosas como si las viera por primera vez: es necesario ver siempre como cuando éramos niños; la pérdida de esta posibilidad coarta la de expresarse de manera original, es decir, personal (...)"
 Henry Matisse, Sobre Arte





No hay comentarios:

Publicar un comentario