Analizan expertos la creación artística

5.6.12

Sacrificio de Isaac


Sacrificio de Isaac, Alonso Berruguete, siglo XVI, renacimiento, manierismo español, Talla en madera policromada y estofada. 

Yavé había prometido a Abraham dar la tierra de Canaan a su descendencia. Le había prometido un hijo de su carne y sangre, a pesar de que él y su mujer Sara eran ya mayores. Y ahora viene el drama, pues Yavé le manda sacrificar a Isaaac, su único hijo, en el que se iban a cumplir las promesas de Dios. Se lee en el libro del Génesis 22,1-13 lo siguiente: "Tiempo después, Dios quiso probar a Abraham y lo llamó: «Abraham.» Respondió él: «Aquí estoy.» Y Dios le dijo: «Toma a tu hijo, al único que tienes y al que amas, Isaac, y vete a la región de Moriah. Allí me lo ofrecerás en holocausto, en un cerro que yo te indicaré.» Se levantó Abraham de madrugada, ensilló su burro, llamó a dos criados para que lo acompañaran, y tomó consigo a su hijo Isaac. Partió leña para el sacrificio y se puso en marcha hacia el lugar que Dios le había indicado. Al tercer día levantó los ojos y divisó desde lejos el lugar. Entonces dijo a los criados: «Quédaros aquí con el burro. Yo y el niño iremos hasta allá a adorar, y luego volveremos donde vosotros.» Abraham tomó la leña para el sacrificio y la cargó sobre su hijo Isaac. Tomó luego en su mano el brasero y el cuchillo y en seguida partieron los dos. Entonces Isaac dijo a Abraham: «Padre mío.» Le respondió: «¿Qué hay, hijo mío?» Prosiguió Isaac: «Llevamos el fuego y la leña, pero, ¿dónde está el cordero para el sacrificio?» Abraham le respondió: «Dios mismo proveerá el cordero, hijo mío.» Y continuaron juntos el camino. Al llegar al lugar que Dios le había indicado, Abraham levantó un altar y puso la leña sobre él. Luego ató a su hijo Isaac y lo colocó sobre la leña. Extendió después su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo, pero el Ángel de Dios lo llamó desde el cielo y le dijo: «Abraham, Abraham.» Contestó él: «Aquí estoy.» «No toques al niño, ni le hagas nada, pues ahora veo que temes a Dios, ya que no me has negado a tu hijo, el único que tienes.» Abraham miró a su alrededor, y vio cerca de él a un carnero que tenía los cuernos enredados en un zarzal. Fue a buscarlo y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo".
Los benedictinos del convento de San Benito el Real de Valladolid encargaron a Alonso Berruguete la realización de un gran retablo para el monasterio. De entre las figuras que realizó destacan el martirio de San Sebastián y el sacrificio de Isaac. Ambos son ejemplos de cómo Berruguete asimiló las formas italianizantes del artista. La interpretación que hace del sacrificio de Isaac es muy personal.
Se encuentra influencias del Laoconte, del renacimiento italiano y otras propias del escultor. La forma serpentinta, manierista, impuesta por Miguel Ángel, obliga al espectador a abordar la escultura desde diversos ángulos, a pesar de que es una obra pensada para estar colocada en un retablo. Los dos personajes muestran una actitud apasionada, también muy miguelangelesca, en el que los sentimientos se manifiestan de forma muy intensa. Lo mismo se puede decir de la postura desequilibrada que adopta, sobre todo, Abraham.
Le preocupa el desnudo, aunque sea el de una persona delgada y con un canon muy alargado, inspirado en el Donatello ya maduro. El canon supera las diez cabezas.
El dinamismo serpenteante rompe con el contraposto clásico. También rompe con un trato anatómico clásico, para hacer uno muy personal, rápido, nervioso. Pero consigue convertir la escena en un drama apasionado que excluye toda trivialidad en favor de un patetismo prácticamente expresionista. El dolor, la tragedia de los dos personajes, cada uno por un motivo distinto, se aprecia en gran manera en los rostros.
Isaac con la boca abierta y apoyado nada más en una rodilla es todo un ejemplo de cómo se puede esculpir el dolor y la tragedia. ¿Y qué decir de lo que manifiesta la cara de Abraham, con esa boca abierta, que ve desecha su esperanza de ser padre de un gran pueblo? La fe que tenía Abraham en Yavé no le quita el dolor.
La escultura de madera de nogal está policromada, como era tradicional en España. En las partes desnudas, la carnación al óleo acentúan la fuerza de la escultura. Los vestidos que llevan ambos están policromados y dorados.
Alonso Berruguete y Juan de Juni son los representantes máximos de la escultura manierista en España, con centro en Valladolid.

No hay comentarios:

Publicar un comentario